HÚMEDO Y POTENCIALMENTE TORMENTOSO: CONDUCIR DE MANERA SEGURA EN TIEMPO LLUVIOSO
En climas lluviosos, las condiciones de conducción pueden volverse peligrosas con bastante rapidez. El aceite y los fluidos del motor pueden flotar sobre el agua de lluvia, creando superficies de conducción traicioneras. El agua crea una barrera entre la carretera y las llantas, lo que puede hacer que pierdas tracción y el vehículo realice un hidroplaneo. Si esto ocurre, levante el pie del acelerador, sostenga bien el volante y frene ligeramente. Las superficies de conducción peligrosas, junto con la visibilidad reducida, contribuyen a los miles de accidentes en carreteras mojadas cada año. Afortunadamente, esto se puede prevenir con un poco de preparación y actuando con inteligencia en el momento.
ANTES DE PISAR EL ACELERADOR
Acostúmbrate a revisar algunos elementos fundamentales antes de comenzar a conducir:
VER Y SER VISTO
Cuando el pronóstico anuncia lluvia, es importante verificar que los faros delanteros, las luces de freno y los limpiaparabrisas del automóvil estén limpios y funcionen correctamente. Enciende las luces delanteras bajo la lluvia para ayudar a que otros conductores te vean. Además, reemplaza los limpiaparabrisas que dejan rayas o no limpian completamente el parabrisas cada vez que los pasas y llena la botella del depósito del lavaparabrisas con un líquido para lavaparabrisas.
CUIDA TUS LLANTAS
Antes de salir, revisa tus llantas y presta atención a la profundidad adecuada de la banda de rodadura y su inflado:
Profundidad de la banda de rodadura: la banda de rodadura de las llantas debe tener una profundidad de más de 2/32 pulgadas. Utiliza un calibrador de profundidad de rodadura, o realiza una revisión al insertar un centavo en cada ranura con la cabeza de Lincoln boca abajo. Si puedes ver toda la cabeza de Lincoln (¡incluso su cabello!), es hora de comprar un nuevo juego en una de las ubicaciones de nuestros distribuidores de Bridgestone.
Inflado de llantas: se pueden encontrar las recomendaciones del fabricante del vehículo para la presión de las llantas en una etiqueta pegada en la puerta del conductor o en la jamba de la puerta, o en el manual del propietario del vehículo. Recuerda que la presión de las llantas debe controlarse al menos una vez al mes cuando las llantas estén "frías", es decir, cuando tu automóvil no se haya conducido durante más de tres horas o cuando se haya conducido por menos de una milla a velocidad moderada.
Despeja la vista. El uso de un producto impermeabilizante en ventanas y espejos ayuda a que el agua se escurra con facilidad y mejora la visibilidad. Además, es importante recordar limpiar el interior de las ventanas al menos una vez a la semana.
CUANDO ESTÁS EN LA CARRETERA
La dinámica de conducción cambia drásticamente cuando las carreteras están mojadas, lo que significa que los hábitos de conducción también deben cambiar.
BAJA LA VELOCIDAD
Conducir más despacio reduce el riesgo de perder el contacto con la carretera y de hidroplaneo. Reduce tu velocidad en 10 mph por cada punto que aumente la velocidad del limpiaparabrisas.
CUENTA HASTA TRES
Deja espacio adicional detrás del automóvil que va delante de ti en caso de que sea necesario detenerse repentinamente. Usando postes telefónicos como punto de referencia, comienza a contar una vez que el automóvil frente a ti pase por un poste específico. Si pasas por el mismo poste antes de poder contar hasta tres, entonces estás demasiado cerca.
CONOCE CÓMO CONTROLAR UN DERRAPE
Si tu automóvil comienza a derrapar, ¡no entres en pánico! Continúa mirando y dirigiendo el automóvil en la dirección en la que deseas ir y evita pisar los frenos para mantener el control del vehículo.
HAZTE A UN LADO
Si el aguacero o las salpicaduras de otros vehículos son demasiado fuertes, simplemente deja de conducir. Cuando la visibilidad es tan baja que no puedes ver los bordes de la carretera o los vehículos delante de ti, sal de la carretera lo más que puedas, enciende las balizas y espera a que pase la tormenta.
